«Entonces uno de los ancianos me dijo: No llores, porque el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos». Apocalipsis, 5:5
Los dioses son creación de la conciencia colectiva de las sociedades que además de permitirles cohesión social bajo la edificación de un ente para su posterior adoración, brindan la seguridad y el bienestar espiritual de los individuos y luego entonces, del grupo social en cuestión. Así el reconocimiento de emperador Haile Selassie como el Dios bíblico que se presentaría para redimir a su pueblo, es el factor fundamental para la edificación de la identidad Rastafari.
En el auto reconocimiento como personas espirituales y elegidos por el ente supremo (JAH), que bajo su mando al seguir sus leyes, los redimirá y les devolverá; ya sea por la vida espiritual o por la terrenal al África, para que finalmente puedan vivir bajo su viña e higuera, o dicho de otra forma, la acción de reconocer la divinidad del emperador Haile Selassie es por reacción, tomarse Rastafari, pues a partir de ese momento, sus relaciones con los seres humanos, el mundo y su cosmovisión, serán reorientadas y habrá forzosamente un cambio en las practicas culturales y sociales que el individuo realizaba hasta antes de tomarse Rastafari.
La visión sobre Haile Selassie como ente divino, se puede explicar básicamente en dos sentidos: Haile Selassie como el Dios bíblico, es decir, como un ente omnipotente y omnipresente que bajo su morada en Sión rige con vara justa a toda la humanidad; y Haile Selassie como un Dios más terrenal en el que su ejemplo de vida y su poder como monarca africano, lo convierten en el ser humano de mayor envergadura en la historia de la humanidad.
La cristianización de la población esclava en Jamaica empezó a fines del siglo XVIII cuando llegaron los moravianos, bautistas y metodistas de Inglaterra; antes de la evangelización, los esclavos practicaban algunos cultos que sobrevivieron al traslado desde África, aunque no se realizaban de igual forma que en el continente negro. Los esclavos en las plantaciones de Jamaica hasta finales del siglo XVIII, no habían asimilado en su totalidad de religión occidental y recreaban las expresiones religiosas de las diversas tribus a su manera.
Debido a este hecho, la carga espiritual de las tradiciones negras en la isla, siempre tuvieron un gran auge en la vida de los esclavos y, cuando la religión de los amos blancos fue introducida, se dio un sincretismo religioso que proveyó a la isla de una rica y variada manifestación espiritual.
De los tres grupos cristianos que llegaron a Jamaica, los bautistas fueron los más exitosos pues, «ellos supieron reinterpretar su credo y ritual a la luz de la espiritualidad africana, incluyendo la danza y los tambores en sus servicios religiosos, factores de primera orden en la inducción al trance y la conversión. Los misioneros bautistas eran considerados por los esclavos, como aliados en la resistencia contra los plantadores; su credo, con ideas de igualdad frente a Dios, piedad y hermandad entre los hombres, actúo como fermento para varias rebeliones” (Torquillo, 1984:53)
Este hecho fue un detonante para que los esclavos de Jamaica sustentaran gran parte de su vida, sus esperanzas y su aliento, en la religión y la fe, puesto que la Biblia formó parte integral de su existencia, forjando una tradición que pasó de generación en generación hasta la actualidad, facilitando así, el sustento sobre las primeras afirmaciones en torno a la divinidad de Haile Selassie visto como el Dios bíblico.
El siguiente pensamiento escrito por Amy Jacques Garvey, sintetiza la necesidad del afro descendiente por depositar su fe en un ente supremo a su imagen y semejanza, es decir, un Dios negro, y nos proporciona las bases ideológicas del porqué la Biblia, finalmente fue interpretada bajo “los ojos Etiopía” siendo Haile Selassie el depositario de esa creciente fe alimentada tras años desde la época de la esclavitud:
“Como negros, hemos encontrado un nuevo ideal. Aunque nuestro Dios no tenga color, es humano el ver todo a través del prima de uno; los blancos han visto a su Dios a través del cristal blanco y apenas ahora empezamos […] a ver a nuestro Dios a través de nuestros propios ojos. El Dios de Isaac y de Jacob sigue existiendo para la raza que cree en Dios de Isaac y de Jacob. Los negros creemos en Dios de Etiopía, el Dios eterno; Dios hijo, Dios el espíritu santo, el Dios de todas las eras. En este Dios creemos, pero debemos verlo a través de los ojos de Etiopía” (Torquillo, 1984:54)
La divinidad de Haile Selassie como el Dios bíblico, esta determinada por una serie de cumplimientos proféticos inscriptos en la Biblia ejecutados durante la vida del emperador, entre los que podemos destacar: “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz, a los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos […]. Porqué un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado y el principado sobre su hombro. Se llamará su nombre “Admirable consejero”, “Dios fuerte”, “Padre eterno”, “Príncipe de Paz” (Isaías, 9: 2, 6, Santa Biblia versión Reina Valera)
Esta profecía se interpreta referente al nacimiento del emperador Haile Selassie, pues anterior a ello en 1888, una gran sequía y hambruna invadió a Etiopía, dejando desolada y con gran sufrimiento a toda la población, hasta que con el nacimiento de Haile Selassie en 1892, los cielos se iluminaron con un cometa llamado Holmes y la tan ansiada lluvia descendió para brindar nueva vida a los fértiles campos etíopes. La segunda parte de la profecía, es cumplida cuando el 2 de Noviembre de 1930 Haile Selassie es coronado emperador de Etiopía con los títulos de Rey de reyes, Señor de señores y León conquistador de la tribu de Judá.
“Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llamas de fuego. Sus pies eran semejantes al bronce pulido, refulgente como un horno y su voz como el estruendo de muchas aguas. […] En sus vestiduras y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores”. (Apocalipsis, 1:14, 19:16, Santa Biblia versión Reina Valeriana)