Referencia Histórica de la Cannabis. La convivencia del ser humano con la Cannabis Sativa existe desde hace por lo menos diez mil años, simultáneamente al descubrimiento de la agricultura en el Viejo Mundo. Se debe a que la planta presenta cinco formas básicas de aprovechamiento: fuente de fibra de cáñamo, aceite, semillas utilizables como alimento, propiedades psicoactivas y tratamientos de una amplia variedad de enfermedades. Los restos más antiguos de fibra de cáñamo descubiertos en China y en Turquestán son del siglo XVII a.C. Cuenta la leyenda, que los dioses dieron al hombre la planta del cañamo para que pudiese obtener deleite, valor y deseos sexuales potenciados. Otra leyenda relata que cuando los dioses agitaron el océano de leche para conseguir amrita (Amrita –  significa literalmente «inmortalidad» y suele referirse en los textos como un néctar) como néctar, obtuvieron Cannabis. Y aunque los demonios intentaron dominar la amrita, los dioses triunfaron y la consagraron a Shiva. Justamente fue en conmemoración de su victoria que nombraron a la Cannabis como vijhoia.

La tradición brahmanica ortodoxa sostiene que su uso agiliza la mente, otorga salud y alarga la vida, aumenta la capacidad de placer y deseo sexual. Se utilizaba en la practicas tántricas del budismo rana mahana, y en las meditaciones del budismo hinayana, como planta auxiliar en la tarea de calmar los pensamientos. Los primeros cultivos estudiados de cañamo se efectuaron en China hacia el 3000a.C. El nombre Cannabis proviene del termino “quannabu” que es que la conocían los asirios.

En la Biblia aparece como “kalamo” en labios de Salomón, y en el Sinaí era fumado y bebido con el nombre de “suama”. El legendario emperador chino Sheng Nung prescribía, en un libro de fármacos escrito en el 2737a.C., a la resina del cáñamo como remedio contra “la debilidad femenina, gota, reumatismo, malaria, gripe y desmayos”. Las flores eran utilizadas para curar heridas abiertas; las cáscaras de sus semillas y sus resinas, para estimular el sistema nervioso; las semillas para combatir inflamaciones de la piel, además de ser consideradas “tónicas”, reconstituyentes, laxantes, diuréticas y apropiada para el tratamiento de verminosis en los recién nacidos y en los animales domésticos. Durante miles de años la sociedad china se dividió básicamente entre los que vestían con seda y los que lo hacían con cáñamo.

También se encuentran referencias de su uso en el primer Imperio Egipcio. En el año 1994 fue descubierta una tumba del Siglo III d.C., perteneciente a una joven madre que habría muerto durante el trabajo de parto. Entre las pertenencias se encontraron pequeñas bolitas de hashis, aparentemente utilizadas (sin éxito) para ayudar al trabajo de parto. Entre los asirios, y especialmente, entre los escitas, existía la costumbre de consumir Cannabis en locales cerrados, especialmente preparados para sesiones de inhalación de humo, donde arrojaban bolas de hashis sobre piedras ardiendo.

Y así, podríamos seguir relatando el uso de la Cannabis, remontándonos a muchos años atrás, pasando por el Islam, a los “Los Cruzados” en su retorno a la Tierra Santa. En los siglos II y IV, lo indicaba Galeano, se consumía como medicina. En la corona Inglesa, Napoleón, Francia del siglo XIX, etc. Si duda alguna, el uso de la Cannabis es ancestral. Es difícil de explicar el porque de la prohibición en la actualidad, en muchos países del hemisferio.

“Las drogas no están prohibidas por ser peligrosas; son peligrosas porque están prohibidas”. George Apap

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Por Jahriel