Uno de los momentos más icónicos de la historia de la música reggae, es sin dudas aquella tarde cálida de Domingo que brindaba el sol irlandés el 6 de Julio del año 1980, en el Dalymount Park de la ciudad de Dublín (Irlanda), estadio del Bohemians FC, en el cual Bob Marley dio su último show al aire libre antes de su triste muerte a los 36 años de edad, donde cuentan y describen las fuentes presenciales que ya no se lo veía bien de salud. El jamaiquino deseó seguir adelante con las actuaciones programadas y no se extirpó el cáncer ni se puso en tratamiento. Fue una tarde soleada en la que hizo referencia a la lucha irlandesa antes de interpretar el clásico de su repertorio «Redemption song».

Los Rastas de Jamaica y los independistas irlandeses compartían la rebeldía contra los ingleses. Aclarado esto, es muy interesante ir a la crónica de Richard Fitzpatrick publicada en el diario Irish Examiner, que reunió varios testimonios de aquel último concierto de Marley en Dublín: «En 1979 comencé a construir mi carrera como promotora. Escuché que Bob Marley vendría a Europa. Descubrí quién era el promotor europeo, así que decidí ir a Londres. Me senté unos días en su oficina, esperando ver al chico. Ni siquiera había pensado en venir a Irlanda. Propuse el RDS en Dublín. Cuando fui al RDS, no querían tomar el concierto porque era Rastafari. Así que volví a Inglaterra y dije: «¿Qué tal un concierto al aire libre en Dalymount Park?» Dije: «Tendría que cobrar £ 10 (10 libras esterlinas) por boleto». Dijeron: «A Bob no le gusta cobrar de más por las entradas». Finalmente acordamos un precio de entrada de £ 7 en las tiendas. Fue el primer gran concierto en el que se permitió que los niños entraran gratis con sus padres», según lo expresado por Pat Egan el promotor de dicho evento.

Además contó: «Las entradas no salieron volando por la puerta, pero al final vendimos alrededor de 23.000. Hubo unas 5.000 falsificaciones. En aquellos días, los tickets se imprimían con una impresora normal. No tenían marcas de agua y la ciudad de Dublín estaba lleno de gánsters en la década de 1980. Lo que más recuerdo de la mañana del concierto fue la llegada de un par de gánsteres de una notoria familia criminal de Dublín. Entraron en la zona del backstage porque los gorilas que contratamos tenían miedo de detenerlos. A pesar de que los gorilas eran tipos duros, no iban a enfrentarse a ellos. Querían ver a Bob. Tenían un regalo para él. Le dije al jefe de la familia del crimen: “Está fuera de mis manos. No puedo llevarte a ver a Bob». Él dijo: «¿Quién está a cargo?». Dije: «El gerente de la gira». El director de la gira dijo: “Nadie puede ver a Bob Marley antes del espectáculo. No está aprobado». El jefe de la mafia le susurró al oído y luego de unos diez minutos después, el gerente de la gira salió y dijo: «Solo uno de ustedes puede entrar, usted mismo». Así que el jefe de la mafia entró a ver a Bob Marley y le presentó un paquete en el que aparentemente contenía alrededor de 1 libra de hierba (450 gramos). Sabía que su séquito no podría pasar por la aduana marihuana, así que pensó que le estaba haciendo un favor».

«El concierto fue un gran éxito. Recibimos mucho dinero ese día, lo cual es inusual. Teníamos un remolque en las afueras de Dalymount Park y recuerdo que metimos todos los billetes en sacos de plástico negros. Conocí a Bob en el aeropuerto cuando se iba al día siguiente. No se veía bien. Su piel estaba descolorida», rememora con emoción y tristeza el promotor del evento histórico.

En el transcurso del año 2018 el club BOHEMIANS FC de la ciudad de Dublín, Irlanda, decidió hacer un homenaje al rey de reggae en conmemoración a dicho concierto histórico. Vale recordar que los “Bohs” (así se lo conoce al club), es uno de los equipos más ganadores de la máxima categoría irlandesa.

En las afueras del estadio hay un mural gigante de Bob Marley, que no hace más que demostrar el fanatismo de esta ciudad por el gran profeta. Así como ese mural, hay muchos homenajes más, hasta que alguien decidió ir más allá, y entrar en la historia con el mejor diseño de una camiseta, una que lleve la cara de Robert Nesta Marley.

Ni bien subieron el diseño a las redes sociales, estas mismas se encargaron de hacerlo viral y rápidamente fue un éxito, surgían pedidos para comprarla de más de 50 países de todo el globo. La noticia llegó rápidamente a los oídos de la reina y heredera Rita Marley y todo su buffet de abogados, que levantaron el teléfono y dijeron: “Está todo bien con el homenaje, pero si vas a vender camisetas con la cara de Marley, te voy pasando la clave del banco en Jamaica”.

Los irlandeses apelaron que habían comprado la licencia de la foto a una agencia de fotografías, pero les volvieron a decir que la imagen de Bob Marley tiene protección de derechos visuales y musicales en todo el mundo y que no les iban otorgar esa licencia.

Finalmente los Bohs dieron marcha atrás automáticamente y tuvieron que deshacer el bello modelo, sin embargo decidieron mantener las tres tiras de colores característicos, el verde amarillo y rojo, pero reemplazaron el rostro de Bob Marley por un puño cerrado en representación de la resistencia, uno de los mayores legados del cantante jamaiquino.

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