La historia de las Reggae Girlz está llena de piedras en el zapato, obstáculos que las mismas chicas se han encargado de sobrepasar. A pesar que hoy en día hay muchas ligas profesionales, sigue siendo muy desproporcionada la diferencia entre hombres y mujeres jugando al mismo deporte. Ser mujer y futbolista es difícil, pero aun más en Jamaica, donde el fútbol ni siquiera es importante. Las futbolistas jamaiquinas carecen de marcas, cada viaje debe ser pagado como se pueda, y casi siempre sale del bolsillo de las propias futbolistas. Gracias al proyecto gestado por Cedella Marley, varios sponsors se han acercado al seleccionado femenino de fútbol. Aunque no sean grandes caudales de dinero, sirvieron para mejorar instalaciones, pagar viáticos y demás cuestiones. Se vio reflejado en los últimos años cuando empezamos a ver a la selección de Jamaica con mayor presencia en torneos y hasta ganado partidos importantes, cuando en realidad estábamos acostumbrados a ver resultados abultados en contra. En el año 2014, la selección participó de la Copa CONCACAF, que venía de no disputarla en el año 2010, y quedó afuera en primera ronda. A la competición siguiente, en el 2018, las chicas lograron el tercer lugar de la copa CONCACAF, quedando solo por debajo de las dos claras potencias, EE.UU y Canadá. Como si la historia quisiese jugar un poco a las coincidencias, las Reggae Girlz tuvieron su debut en una copa del mundo en Francia, al igual que aquellos Reggae Boyz de 1998 que debutaron en país galo. En la última edición de la Copa Mundial de Fútbol Femenina en Francia 2019, las chicas jamaiquinas se presentaron al mundo. A pesar de ser goleadas en todos sus partidos, terminar últimas con cero puntos en la clasificación del Grupo C con selecciones tales como Brasil, Italia y Australia, volvieron a casa y fueron recibidas como heroínas.

Hay una nueva generación de mujeres en Jamaica, que cuentan con un apoyo escaso, pero que han logrado muy buenos resultados, que se ven reflejados en estos últimos años. En dicha nueva generación sobresalía Tarania Clarke, una joven mediocampista, que lideró durante varios años en la escuela secundaria Excelsior, para luego debutar en la primera división, llegando a ser capitana del popular equipo jamaiquino llamado Waterhouse FC. Sus grandes apariciones en la selección Sub-17 y Sub-20, hicieron que se gane un lugar en la selección absoluta el día 30 de septiembre de 2019, jugando ante la selección de Cuba por la clasificación al campeonato Preolímpico, marcando un gol en lo que fue una victoria abultada por 12 a 1. Siete días más tarde jugó su segundo y último partido con la selección mayor. Lamentablemente, Tarania Clarke fue asesinada el día 31 de octubre del año 2019, tras un forcejeo para impedir que le roben su teléfono celular, en el barrio Half Way Tree en la ciudad Kingston. La jugadora fue brutalmente apuñalada y dicha herida le provocó su muerte. Plum Plum, como la apodaban sus compañeras, falleció a los 20 años, siendo una las mejores promesas del fútbol de Jamaica. Seguramente iba a liderar esta nueva camada de jugadoras de las Reggae Girlz. La asesina se encuentra actualmente en prisión.

El presidente de la Federación de Fútbol de Jamaica, Michael Ricketts dijo: “La Federación está profundamente entristecida por la muerte de Clarke, alguien que había mostrado ser una gran promesa no solo como jugadora, sino también como persona”. Cuesta mucho encontrar explicación de estos terribles hechos delictivos, muertes de personas tan jóvenes con un gran futuro, es algo que nos duele a todos.

Otra gran historia es la de Khadija Bunny Shaw, jugadora de 21 años que llevó a la Universidad de Tennessee en Knoxville, a tener su mejor temporada en el año 2018, y quien logró llevar a la primera clasificación en la Copa Mundial Femenina a la selección mayor de Jamaica en el año 2019. La atacante ha superado una gran tragedia personal: perdió a cuatro hermanos, tres de ellos por violencia relacionada con pandillas.

En el año 2018 ha obtenido un prestigioso galardón, otorgado por uno de los periódicos más prestigiosos de Jamaica: Guardian Footballer of the Year. Premio entregado sólo a jugadores que han hecho algo realmente notable y relevante, superando la adversidad, ayudando a otros o simplemente dando un ejemplo deportivo al actuar con honestidad excepcional. Khadija Shaw es el tercer ganador del premio después de Fabio Pisacane en 2016 y Juan Mata en 2017. La futbolista acaba de terminar sus exámenes finales donde la especialidad principal de comunicaciones está en camino de graduarse y convertirse en el primer miembro de su familia en obtener un título de una universidad estadounidense. La vida, en resumen, es buena para el futbolista del año según el diario jamaiquino The Guardian del año 2018, una prodigio adolescente que se convirtió en un letal delantero de 21 años, que cumplió con su larga promesa de impulsar a las Reggae Girlz en su primera Copa Mundial Femenina, y con su equipo las Lady Volunteers a la mejor temporada de su historia.

Los logros en su cara son bastante notables. Pero la amplitud del logro de Shaw es extraordinaria, dada la indescriptible tragedia personal que ha superado en el camino, perdiendo a cuatro hermanos, tres de ellos por violencia relacionada con pandillas, en un corto período de tiempo. Shaw creció junto a siete hermanos y cinco hermanas en Spanish Town, la arenosa capital de Jamaica en las afueras del oeste de Kingston. Es la hija menor de George (Zapatero) y Mónica, una avicultora que criaba pollos. Recuerda con vívido detalle una crianza de libros ilustrados: vecinos jugando al dominó en la esquina, música resonando por las aceras, niños pateando la pelota en las calles, en gran medida al abrigo de la amenaza inminente de violencia de pandillas que alcanzó un pico sombrío durante su niñez. A través de lo bueno y lo malo, los padres de Shaw mantuvieron a la familia unida. Después de la escuela, volvía a su casa y observaba a sus hermanos mayores patear la pelota en la calle frente a la casa, antes de dirigirse a un campo cercano para practicar. Mónica le prohibió a Bunny (Su apodo viene por el gusto a la zanahoria) participar, desconfiando de que su hija menor pasara demasiado tiempo en un deporte que se consideraba demasiado duro para las niñas. Con el correr del tiempo, la madre de Shaw cedió y permitió que Bunny jugara con los niños frente a la casa, donde su velocidad innata, su tacto y su talento creativo le valieron un poco de notoriedad. Se corrió la voz alrededor de la parroquia y más allá. Entonces, un día, su madre Mónica recibió una llamada telefónica de Vin Blaine, director de fútbol de la Federación de Fútbol de Jamaica, que quería invitar a la precoz alumna de séptimo grado a un campamento de la selección nacional. A partir de ahí, el desarrollo de Shaw se aceleró y su ascenso fue rápido. Jugó en los equipos menores de 15 años, menores de 17 años y menores de 20 años de Jamaica a la edad de 14 años, llegando junto a sus actuales compañeras de equipo Konya Plummer y Deneisha Blackwood. Sin embargo, cuando Bunny llegó a la mayoría de edad y brillaba en el campo de juego en los Estados Unidos, una racha insondable de desgracia se apoderó de su familia en Spanish Town. La violencia armada relacionada con pandillas cobró la vida de tres de sus hermanos. Un cuarto fue tomado en un fatal accidente automovilístico. Luego, mientras asistía al Eastern Florida State College en 2016, Shaw perdió a dos sobrinos en rápida sucesión: uno por un disparo, el otro cuando fue electrocutado en un campo de fútbol. La acumulación de dolor sacudió a la familia muy unida y puso a prueba el espíritu infatigable de Bunny de formas previamente impensables. Sola en una tierra extranjera, consideró dejar el deporte por completo. Endurecida pero ininterrumpida, Khadija se apoyó en su dolor y redobló su compromiso con su oficio, confiando en la creencia de que sus seres queridos todavía están con ella.

La combinación poco común de fisicalidad, rapidez y visión que distingue a Shaw y eleva a sus compañeras de equipo, ha estado en plena exhibición desde su debut internacional senior en julio antes de la clasificación para la Copa Mundial. Ha respondido a la citación con once goles en nueve apariciones, incluido el primer partido y en el decisivo empate 2-2 con Panamá que fueron a penales, donde las Reggae Girlz marcaron su histórico boleto de la Copa Mundial. Shaw también terminó con trece goles en quince apariciones para clasificar a la Universidad de Tennessee, cuando llegaron entre los ocho mejores equipos del torneo de la NCAA por primera vez. El cielo es el límite y en estos días, después de lo que ha pasado, hay muchas razones para sonreír. Pero incluso cuando su carrera se eleva a nuevas alturas, la familia sigue siendo el núcleo de su sistema de apoyo, y las lecciones que le transmitieron sus padres la mantienen firme.

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Por DJ Rasflek

Periodista integral y deportivo de larga experiencia. Productor de eventos y DJ Rasflek en el ambiente del estilo reggae en la Argentina. Desde el año 2000 en el asesoramiento de management, pressment y marketing.

Un comentario en «WELCOME TO JAMGOAL – Selección de Jamaica: Reggae Girlz, distancias relativas»

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