Determinar cuáles son las mejores cepas de marihuana de todos los tiempos es como tratar de elegir las mejores canciones de toda la historia. Existen un sinfín de factores y contrincantes y, al final del día, todo se reduce a una cuestión de gustos. Sin embargo, al igual que las canciones, ciertas cepas de flores de cannabis brillan innegablemente por encima del resto. Estas cepas, independientemente de su disponibilidad actual, han moldeado al mercado moderno y a los productos populares de hoy en día.

Una de las cosas más increíbles del cannabis es su infinita versatilidad. Su capacidad para transformarse en una cantidad alucinante de variedades es lo que hace posible esta nota, pero también es lo que dificulta que las cepas mantengan su potencia y pureza original. Una vez que una cepa se hace popular, las copias son hibridadas y sembradas por una multitud de cultivadores y marcas, inundando el mercado con flores que a veces distan mucho de la variedad original.

La genética se diluye con el tiempo y queda en el olvido. Al igual que la NY Sour Diesel, que revolucionó el mercado del cannabis a fines de la década de 1990 y principios del 2000, las grandes cepas son efímeras. Aunque sigue siendo popular, la Sour Diesel que se encuentra en el mercado actual no tiene nada que ver con la variedad original por la que los estadounidenses pagaban 100 dólares por gramo en el 2007. Sin embargo, no todas las cepas legendarias se han desvanecido con el tiempo. En el siguiente informe, enfrentaremos a dos grandes cepas de marihuana como la Big Bud y la Critical Mass.

Historia de la Big Bud // A finales de los ochentas, en la zona de los valles californianos donde comenzaron la mayoría de las crianzas de variedades de Cannabis, la base del actual vademecum, se originó a partir de una robusta y bella Afgaba y de algún Skunk, posiblemente Skunk Nº 1, la famosa línea genética conocida como Big Bud. Formó en sus comienzos parte del programa de Seed Bank, y fue vendida por primera vez como híbrido de Skunk Nº 1 por Sacred Seed Company. Esta versión de Big Bud, ganó en 1989 nada menos que la Cannabis Cup categoría índica.

Al unirse Seed Bank con Sensi Seeds Bank, llegó en los años noventas la nueva línea de la cepa Big Bud. Se trabajó intensamente para darle más sabor y resina, muy pronto esta nueva Big Bud remasterizada conquistó la atención de muchos cultivadores y productores comerciales, por la capacidad de desarrollar grandes cogollos pesados cargados de resina y aroma skunkoso dulzón. La valiosa y buscada producción para los comerciantes, sumado a su nuevo sabor, hizo que pronto adquiera nuevamente fama y otra vez gane sorpresivamente la Cannabis Cup en el año 1996. Además de ser grosa, se destaca su rapidez para engordar y madurar sus cálices, cerrándolos cuando está lista como hermosos cogollos morados; en nueve semanas, algunos fenos ya pueden ser cosechados. Si bien el banco describe su tiempo entre 50 y 65 días, el horticultor inglés Ed Rosenthal, sugiere que la nueva versión mejorada de la Big Bud de los años 90´s, puede estar lista en 50 días, según lo expresado en su libro «Big Book of Buds Nº 1».

Tiene un gran equilibrio en su distribución genética. Ni se estira demasiado como una sativa pura, ni se queda retacona como una afgana, crece al principio más parecido a un skunk que a una índica  pura, al final sus tonos violetas, negros, ocre y esmeraldas la convierten en una joya de la cannabis cultura. Sus hojas índicas sugieren que no se va a estirar pero es muy placentero verlas ensalivarse en medio de la flora. En temperaturas frías estos matices de violetas intensos, casi orillando a los tonos los negros, gracias a sus ascendentes afganos, colombianos y tailandeses, exponen todo su arco iris.

Las hojas de esta planta son un sello singular, como una huella digital muy visible. Por este rasgo peculiar se la puede reconocer en vegetativo entre decenas de genéticas diferentes. Esto se debe no tanto a la forma de las hojas sino a la textura de las mismas, casi lisas y con envergaduras ultra finas. Por otra parte, los foliolos de las hojas a veces nacen asimétricamente, formando hojas con tres foliolos que nacen de diferente punto de intersección en el peciolo. Los Buds de esta hibrida de Sensi incluyendo su cola apical, toman ligeramente una estructura de diamante, engordando lateralmente pero terminando en cono y no redondos, otro rasgo que hereda del skunk.

La Big Bud original de los 80´s, era más regordeta, incluso más rápida y productora. La versión le da más calidad, ya que el dulzor y resinado es mucho más intenso, lo que más llama la atención es su relación cogollo/hojas. Esta Big Bud es una joya, pura carne y flor, las hojas que adornan salen fácilmente desde el peciolo cuando se la manicura, la antigua versión no presentaba un cogollo tan limpio, tenía más hojas en los cálices.

Las ramas también son muy particulares, ya que son muy flexibles y al menor peso que ostentan los cúmulos florales se doblan fácilmente. Otra característica sobresaliente heredada del apestoso skunk, se descubre a la hora de curarla. No intenten abrir un frasco de Big Bud en cualquier medio de transporte, ni siquiera para aspirarlo, ya que su olor es como un lago relleno con orina de zorrino, una yerba súper olorosa. El sabor de esta maravilla bien curada es un dulce skunk frutal con tintes de queso, muy bien apaciguado con la acidez afgana. El efecto es un mix cerebral al comienzo y un estado de relajación intensa y luego un placentero subidón.

Historia de la Critical Mass // Entrada la década de los años noventas, el banco de semillas Mr. Nice, lanza al mercado su variedad Critical Mass, también descripta en el propio catálogo del banco como una versión re trabajada de la famosa Big Bud.

Shantbaba, director del banco, utilizó también en su cruce la afgana por Skunk Nº 1. La descripción de ambas plantas parece ser idéntica, pero cuando uno las ha cultivado a ambas, resultan muy diferentes a pesar de que tienen algunas similitudes. Los cogollos no son adiamantados sino más bien redondeados y compactos como los de una índica, eso hace que se parezca al viejo Big Bud pero no al moderno. Las hojas son mucho mas finas, mucho más sativonas.

Algo para destacar y asegurar es que la Critical + es mucho más resinosa, casi blanca de resina que nos hace pensar por momentos que en lugar de Skunk N º 1 , Shantbaba no habría utilizado Big Bud por White Widow.

En líneas generales ambas maduran en ocho semanas, pero necesitan nueve semanas para estar a punto caramelo, por lo que son bastante parecidas, aunque la Critical Mass es un par de días más veloz. Igualmente hay fenos de ambas variedades, que pueden resultar más rápidos y otros más cortos. Lo mismo pueden variar fugazmente en los dulzores y ácidos, en tamaño de buds. De hecho hay cultivadores que dicen y aseguran que la dulzura de la Critical Mass se asemeja a la Big Bud, por tener buds pesados que cuelgan de sus ramas flexibles.

El efecto de la Critical Mass es mucho más crítico. Mucho más indico que el Big Bud. Más noqueador y relajado. A la hora de cultivarlas, ambas son excitantes y muy bellas. Coloridas y resinosas. Productoras y rápidas. Ambas muy pegadoras y recomendadas.

Mas allá de las comparaciones, nos quedamos con el sabor de la Big Bud, muy frutado y mejorado por Sensi Seeds, y con la potencia de la Critical + de Dinafem, extraída de la resina de la Critical Mass de Mr. Nice. Dos cepas que no son rivales, al contrario, son excelentes amigas y hermanas.

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Por Jahriel

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